Unos cirujanos de Baltimore realizaron el primer trasplante de riñón en el mundo en que tanto el donante vivo como el receptor son VIH positivos.
El éxito de la operación podría potencialmente hacer que haya más órganos disponibles para los pacientes infectados con el virus del SIDA.
Una mujer de 35 años de edad de Atlanta, que contrajo el VIH cuando era una recién nacida, ofreció uno de sus riñones a un desconocido que era VIH positivo, y los médicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Johns Hopkins realizaron el procedimiento el lunes.
Nina Martínez deseaba inicialmente donar su riñón a un amigo, pero su amigo murió el otoño pasado, apuntaron las autoridades del hospital.
De cualquier forma, decidió que quería seguir adelante con la donación, en parte para ayudar a eliminar algo del estigma que rodea a las personas con VIH/SIDA.
“Para mí, fue una oportunidad de ser igual que todos los demás”, comentó Martínez el jueves durante una conferencia de prensa. “De verdad quería hacer algo para desafiar las percepciones de las personas. Usualmente, cuando la sociedad piensa en las personas con VIH, piensa en personas que parece que tienen VIH, piensa en personas de los años 80”.
“Alguien que necesitaba un riñón esperaba por ese riñón, y aunque mi riñón tiene VIH, ese riñón salvó su vida”, añadió.
Martínez contrajo el VIH a través de una transfusión de sangre cuando tenía apenas 6 semanas de edad, según la Johns Hopkins. Los médicos le diagnosticaron el virus a principios de los 90.
El Dr. Dorry Segev, de la Johns Hopkins, aseguró que el procedimiento es “increíblemente emocionante” para los pacientes con VIH cuyos riñones están en peligro de dejar de funcionar.
“Vimos que había personas en la lista de trasplantes que tenían VIH y que morían, y al mismo tiempo no podíamos usar los órganos de donantes con VIH”, explicó Segev durante la conferencia de prensa.
Esto se debe a que las leyes evitaban que los médicos de EE. UU. usaran órganos provenientes de donantes VIH positivos hasta hace seis años, aunque se usaran para salvar las vidas de pacientes VIH positivos.
La Ley de Equidad de Órganos y VIH (HIV Organ Policy Equity, HOPE) de 2013 acabó con la prohibición de 25 años, y dio a los cirujanos de la Johns Hopkins la autoridad legal para el trasplante del lunes, que también fue aprobado por la Red Unida de Compartición de Órganos (United Network for Organ Sharing, UNOS), el grupo que supervisa al sistema de trasplantes de EE. UU.
Unas 113,000 personas están en una lista de espera para un órgano, según las estadísticas de la UNOS. Casi tres de cada cinco trasplantes son de riñones.
En una declaración, Segev estimó que entre 500 y 600 personas VIH positivas que deseaban ser donantes de órganos fallecen cada año. Sus órganos podrían haber salvado a más de 1,000 personas si la comunidad médica los hubiera usado para trasplantes.
Ya ha habido resultados muy positivos cuando los pacientes VIH positivos recibieron órganos VIH negativos, anotó la Johns Hopkins. Además, Sudáfrica ha establecido un historial exitoso de trasplantes de riñón de personas VIH positivas a otras personas VIH positivas, usando órganos de donantes fallecidos.
“El trasplante de órganos es esencial para los pacientes con VIH, que mueren en las listas de espera incluso más rápido que sus contrapartes VIH negativas”, enfatizó Segev en una declaración. “Nos sentimos muy agradecidos con el Congreso, el presidente y toda la comunidad de los trasplantes por permitirnos usar órganos de pacientes VIH positivos para salvar vidas, en lugar de desecharlos, como hemos hecho durante tantos años”.
En los últimos años, Estados Unidos ha comenzado a trasplantar órganos de pacientes VIH positivos fallecidos, como parte de un estudio de investigación, según UNOS. Desde 2016, se han realizado 116 trasplantes de riñón y de hígado de donantes fallecidos, reportó AP.
A los médicos les ha preocupado aceptar riñones de donantes vivos con VIH, temiendo que la generosidad de la persona pudiera dar malos resultados si su riñón restante sufriera daños por el virus o los medicamentos que mantienen al VIH a raya.
“El lado médico de un trasplante de donante vivo es que deseamos asegurarnos de que el donante permanezca sano durante el resto de su vida y pueda vivir una vida larga y sana con un solo riñón”, explicó Segev.
Pero los medicamentos más nuevos para el VIH son más seguros y más efectivos, haciendo que los riesgos asociados con ese tipo de trasplantes de donantes vivos sean comparables entre las personas con y sin el virus, añadió en una declaración.
En una declaración, UNOS aseguró que el nuevo trasplante es “un hito positivo en el proceso de la HOPE. Todos esos trasplantes son parte de un esfuerzo de investigación en que la seguridad del donante y del receptor se está monitorizando muy estrechamente”.
FUENTES: March 28, 2019, media briefing with: Nina Martinez and Dorry Segev, M.D., surgeon, Johns Hopkins Medicine’s Comprehensive Transplant Center, Baltimore; March 28, 2019, news release, Johns Hopkins Medicine’s Comprehensive Transplant Center, Baltimore; United Network for Organ Sharing, statement, March 28, 2019; Associated Press