Los niños reciben demasiados opioides tras las amigdalectomías

El estudio aparece en la edición en línea del 8 de agosto de la revista JAMA Otolaryngology-Head...

En medio de la epidemia de abuso de opioides de EE. UU., un nuevo estudio encuentra que se están recetando unos potentes analgésicos opioides incluso a los niños después de la extracción de las amígdalas.

La tendencia ocurre a pesar de la falta de evidencias de que los opioides (como el OxyContin) sean la mejor opción para el dolor o las complicaciones postquirúrgicas, señalaron los investigadores.

“Nuestro estudio sugiere que muchos niños reciben recetas de opioides después de una amigdalectomía, y que la cantidad de opioides de esas recetas podría ser excesiva”, advirtió el autor principal del estudio, el Dr. Kao-Ping Chua.

“Debemos realizar investigaciones para identificar intervenciones que reduzcan de forma segura y efectiva la exposición de los niños a los opioides”, añadió Chua, investigador y pediatra en el Hospital Pediátrico C.S. Mott de la Universidad de Michigan, en Ann Arbor.

La amigdalectomía sigue siendo una de las cirugías más comunes en los niños. Actualmente, la Academia Americana de Otorrinolaringología (American Academy of Otolaryngology) recomienda opciones no opioides, por ejemplo antinflamatorios no esteroides (AINE) como el ibuprofeno, para la amigdalectomía.

¿Pero qué tanto se apegan los médicos a esas directrices? Para averiguarlo, el grupo de Chua monitorizó los datos de casi 15,800 niños y adolescentes de EE. UU. menores de 18 años. Todos estaban cubiertos por un seguro privado, y se sometieron a la extirpación de las amígdalas en 2016 o 2017.

Los investigadores encontraron que un 60 por ciento de los niños recibieron analgésicos opioides, y que la receta promedio duraba de seis a 10 días.

Pero “para minimizar los riesgos de los opioides para los niños y sus familias, los profesionales clínicos deberían utilizar opciones no opioides cuando sea posible”, planteó Chua en un comunicado de prensa de la universidad. “Cuando se usen opioides, deben intentar recetar solo la cantidad que los pacientes necesiten”.

Cree que “es posible reducir la exposición a los opioides de los niños que se someten a esta cirugía común, sin aumentar el riesgo de complicaciones”.

Chua especuló que hay varios motivos posibles de que tantos niños reciban recetas de opioides a pesar de las directrices que lo desaconsejan. Un factor podría ser la creencia errónea de que los opioides podrían ofrecer un mejor alivio del dolor o reducir el riesgo de visitas repetidas al médico por un dolor no controlado que conduzca a la deshidratación.

Pero las evidencias simplemente no lo respaldan. El estudio encontró que tomar opioides no se asociaba con menos visitas repetidas por dolor o deshidratación, pero que  se vinculó con un mayor riesgo de estreñimiento y al menos un caso de sobredosis de opioides.

Por otra parte, algunos cirujanos creen que los analgésicos AINE aumentan el riesgo de sangrado tras una amigdalectomía, apuntó Chua. Una vez más, los ensayos clínicos no han encontrado que sea así.

Además, la receta de opioides promedio para los niños del estudio fue de ocho días, lo que podría representar 48 dosis de opioides, muchas más de lo que un paciente promedio necesita, señaló Chua.

Un estudio anterior del Mott encontró que a los niños que se sometieron a una amigdalectomía en 2013 se les recetó en promedio 52 dosis de opioides, pero que tuvieron en promedio 44 dosis sobrantes.

Recetar un exceso de opioides a los niños no solo plantea un riesgo para ellos, sino también para los familiares y amigos que podrían abusar de los opioides sobrantes, advirtieron los investigadores.

El estudio aparece en la edición en línea del 8 de agosto de la revista JAMA Otolaryngology-Head & Neck Surgery.

FUENTE: University of Michigan, news release, Aug. 8, 2019

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