Facilitará el fortalecimiento del sistema inmune y reducir el riesgo de enfermedades.
Las verduras son indispensable en la alimentación de un niño, según la pirámide nutricional, estás son un alimento que debe estar presente en la dieta diaria de un pequeño, sin embargo, para muchos padres, es una tarea complicada lograr que a los niños les encante comerlas.
Según la Guía infantil, estas verduras no deben faltar en la dieta de un niño:
Espinacas: la ventaja de esta verdura es que se puede comer cruda, en ensalada, en sopas, hasta en pupusas,. Incluirla en la dieta de tu hijo facilitará el consumo nutrientes como fibra, carbohidratos, agua, potasio, calcio, magnesio, hierro, fósforo y vitamina A, E, C y B9. Se recomienda para niños con problemas de anemia o digestivos. También contribuye a una buena salud de la piel, los huesos y el cabello.
Brocolí: odiada por unos y amada por otros, lo cierto es que la mayoría de niños se refieren a esta verdura como “árbolitos” por su peculiar forma. Es una de las verduras que contiene más vitaminas, calcio, fibra y propiedades anticancerígenas.
Ahuyama: los niños comienzan a comerlo desde sus primeros seis meses, en consistencia de purés. Es muy nutritiva porque contiene mucha agua, pocas calorías y vitamina C, B3, provitamina A, fósforo, potasio, magnesio, omega 3. Su contenido en luteina favorece la protección de la salud visual, también su aporte nutricional favorece el control del colesterol y mejora en tránsito intestinal.
Berenjena: este tipo de verdura es fácil de introducir en la dieta de los niños por su sabor y textura. Es rica en vitamina E, A, B y C, contiene fibra, por lo que, ayuda a los niños con estreñimiento.
Zanahoria: crudas o cocidas, son excelentes para incluirlas en la dieta de los niños. Estas verduras a pesar que tienen un alto contenido de azúcar, tienen vitaminas y minerales, son deúreticas y previenen gastritis.