Inteligencia Artificial; Collar detecta la fibrilación auricular en poco más de 30 segundos

El pendiente, creado por un equipo de investigadores finlandeses, contiene un electrocardiograma...

La más reciente adición a la alta costura médica podría ser un collar equipado con un colgante que las personas pueden usar para autoevaluar las señales de una afección de ritmo cardiaco anómalo llamado fibrilación auricular (FA).

El pendiente, creado por un equipo de investigadores finlandeses, contiene un electrocardiograma (ECG) portátil diseñado para transmitir las mediciones cardiacas a una aplicación de teléfono celular y, al final, a una servidor de la nube. Una vez está allí, la información se alimenta a un algoritmo de inteligencia artificial (IA).

“La medición del ECG es muy fácil de hacer”, explicó el autor del estudio, Elmeri Santala, candidato doctoral en investigación clínica de la facultad de ciencias de la salud de la Universidad del Este de Finlandia. “El usuario solo tiene que colocarse el dispositivo de ECG entre las palmas de sus manos o entre el pecho y la palma, e iniciar la medición del ECG desde la aplicación [del teléfono]”.

Entonces, la aplicación recoge una medición de ECG de 30 segundos, explicó Santala. Esa medición se envía de inmediato a la IA de la nube, que produce unos resultados diagnósticos casi instantáneos. Esos resultados se pueden entonces enviar tanto al paciente como a un médico para su revisión final.

Hasta la fecha, Santala y sus colaboradores han evaluado el collar de ECG en 145 finlandeses. Todos se sometieron tanto a una medición con un ECG estándar como a la medición autoadministrada con el collar.

Trabajando con cardiólogos, el equipo del estudio concluyó que el collar podía generar unos registros de ECG de una alta precisión.

El equipo también encontró que el sistema de IA tenía una alta precisión en la interpretación de esos registros. Logró una precisión de un 95 a un 98 por ciento en la identificación de los pacientes que habían experimentado un ritmo cardiaco anómalo generado por la fibrilación auricular (“sensibilidad de la prueba”) y una precisión del 100 por ciento en la identificación de los que no lo habían experimentado (“especificidad de la prueba”).

Y como “la fibrilación auricular es la arritmia más común, y un problema que crece con rapidez en todo el mundo”, la esperanza es que el collar fomente la capacidad “de que todo el que se sienta en riesgo de desarrollar la FA” realice una automonitorización de rutina, planteó Santala.

En Estados Unidos, donde la FA afecta a unos 2.7 millones de estadounidenses, tanto la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association) como la Asociación Americana del Accidente Cerebrovascular (American Stroke Association) señalan que la evaluación durante un chequeo de atención primaria “puede ser útil”.

Y aunque el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de EE. UU. todavía no recomienda ECG de rutina para las personas que carezcan de síntomas (citando una falta de evidencias de que las pruebas de detección serían útiles), la Sociedad Europea de Cardiología (European Society of Cardiology) ha tomado un rumbo distinto. Recomienda las pruebas ocasionales en las personas de a partir de 65 años, y las pruebas de rutina en las mayores de 75 años, además de las que tienen un riesgo alto de accidente cerebrovascular.

Pero seguir esas recomendaciones puede resultar difícil, según Santala, dado que la FA “con frecuencia es asintomática e intermitente, dificultando su detección y diagnóstico”.

Santala reconoció que los pacientes ya cuentan con varias opciones de monitorización de la FA, tanto invasivas como no invasivas. Incluyen unos dispositivos ponibles pequeños, como el “monitor Holter”, que se une al pecho con electrodos, y unos dispositivos invasivos para el registro cardiaco (llamados grabadores de ciclos) que se deben implantar mediante cirugía. También hay una aplicación de ECG que funciona con un iWatch de Apple.

Pero esas opciones “son costosas y requieren la interpretación de los profesionales de atención de la salud”, apuntó Santala. Al contrario, el collar “es sencillo de usar y permite una automonitorización repetitiva del ritmo cardiaco, mejorando así las probabilidades de detectar la fibrilación auricular”.

El precio del collar todavía no se ha determinado, señaló Santala, pero será “menos caro que un iWatch de Apple”.

Un par de expertos reaccionaron con un optimismo cauto a la iniciativa finlandesa.

“La norma general es que mientras más se busca la FA, más se encuentra”, dijo el Dr. Patrick Ellinor, director del servicio de arritmias cardiacas del Hospital General de Massachusetts, en Boston.

“Y todo el que vende ese tipo de dispositivo ponible quiere añadir un ECG al dispositivo, porque la mejor tecnología es la que en realidad se lleva encima y que uno usará”, aseguró Ellinor.

“El ejemplo más famoso es probablemente el iWatch, que se ve bien, así que las personas los usan. Pero cuestan unos 500 dólares. Si este collar se ve bien, funciona bien y tiene un precio menor, diría que podría ser una opción razonable”, añadió Ellinor.

Pero el Dr. Gregg Fonarow, director del Centro de Cardiomiopatía Ahmanson-Universidad de California, en Los Ángeles, dijo que aunque “se encontró que” la capacidad del collar de registrar ECG de forma precisa “tenía una calidad suficiente”, se necesita más investigación.

“Se necesitan más estudios de resultados de gran tamaño para determinar si la detección y el tratamiento de la fibrilación auricular usando estos tipos de dispositivos pueden en realidad reducir el riesgo de sufrir un ACV”, enfatizó Fonarow.

Santala y sus colaboradores reportaron sus hallazgos en una presentación en línea que se subió esta semana al sitio web de la Sociedad Europea de Cardiología. Ese tipo de investigación debe considerarse preliminar hasta que se publique en una revista revisada por profesionales.

FUENTE: Elmeri Santala, Ph.D. candidate, clinical research, faculty of health sciences, University of Eastern Finland, Kuopio; Patrick Ellinor, M.D., Ph.D., director, cardiac arrhythmia service, Massachusetts General Hospital, and professor, medicine, Harvard Medical School, and American Heart Association volunteer and medical expert; Gregg Fonarow, M.D., director, Ahmanson-University of California, Los Angeles, Cardiomyopathy Center; May 5, 2020, posting, European Society of Cardiology’s “EHRA Essentials 4 You”

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