Las tiazolidinedionas, o TZD, podrían proteger de la demencia a una edad más avanzada, según una nueva investigación.
Las tiazolidinedionas, también conocidas como glitazonas, redujeron el riesgo de demencia en un 22 por ciento entre las personas con un riesgo alto que también tenían diabetes tipo 2 leve o moderada cuando tomaron estos medicamentos durante al menos un año.
No se comprende del todo el motivo exacto de que estos medicamentos para la diabetes reduzcan el riesgo de demencia, y el estudio no fue diseñado para responder a esta pregunta.
La diabetes es un factor de riesgo conocido de la demencia, y la glucosa o azúcar en la sangre es el principal combustible del cerebro para unas importantes funciones, como el pensamiento, la comprensión y la resolución de problemas, señaló la autora del estudio, Roberta Diaz Brinton, directora del Centro de Innovación en las Ciencias del Cerebro de University of Arizona Health Sciences.
“En la diabetes tipo 2, el mecanismo para llevar la glucosa de la sangre a las células es menos funcional, y esto puede afectar a la cognición, que es una de las funciones que más energía demandan”, apuntó Brinton.
En el estudio, los investigadores compararon el riesgo de demencia en los veteranos mayores que fueron tratados con una sulfonilurea o una tiazolidinediona para la diabetes, con los que fueron tratados solo con metformina entre 2000 y 2019, en el Sistema de Atención de la Salud de Asuntos de Veteranos de EE. UU.
Todos estos medicamentos para la diabetes funcionan de forma distinta. Las tiazolidinedionas ayudan al cuerpo a usar mejor la insulina, para permitir que el azúcar en la sangre entre en las células del cuerpo, donde se puede usar como energía. Las sulfonilureas fomentan la producción de la insulina, y ayudan al cuerpo a usar esta hormona. La metformina hace que el cuerpo sea más sensible a la insulina, y reduce la cantidad de glucosa que el hígado segrega.
Se dio seguimiento durante unos ocho años a las personas de a partir de 60 años que recibieron una primera receta de metformina, una sulfonilurea o una tiazolidinediona entre enero de 2001 y diciembre de 2017. Las que tomaron una tiazolidinediona tenían un riesgo un 11 por ciento más bajo de enfermedad de Alzheimer y un riesgo un 57 por ciento más bajo de demencia vascular, mostró el estudio. La demencia vascular en general es provocada por múltiples accidentes cerebrovasculares (ACV).
El riesgo de demencia por cualquier causa fue un 12 por ciento más alto entre las personas que usaban una sulfonilurea sola para su diabetes, mostró el estudio.
Las personas menores de 75 años experimentaron más beneficios de una tiazolidinediona que las personas mayores, y estos medicamentos parecieron ser más protectores en las personas que tenían sobrepeso o eran obesas.
“Las tiazolidinedionas tuvieron la mayor efectividad en la reducción de las probabilidades de desarrollar enfermedad de Alzheimer más adelante en la vida”, aseguró Brinton.
Como todos los medicamentos, las tiazolidinedionas tienen efectos secundarios, entre ellas un aumento de peso, problemas de hígado y problemas de la visión. Un medicamento en esta clase, la rosiglitazona, se retiró del mercado en varios países debido a sus graves riesgos cardiacos.
“Comenzar pronto y sostener el metabolismo de la glucosa sin pasar a tomar insulina tiene un beneficio a largo plazo”, aseguró Brinton.
El estilo de vida también es importante.
“Hay farmacoterapia y cosas que podemos controlar, como lo que comemos y cuánto nos movemos”, apuntó Brinton. “Estar sentado es el nuevo tabaquismo”.
El estudio se publicó en una edición reciente de la revista BMJ Open Diabetes Research & Care.
El Dr. Howard Fillit, cofundador y director científico de la Alzheimer’s Drug Discovery Foundation en la ciudad de Nueva York, revisó los hallazgos. Anotó que la diabetes es un factor de riesgo de demencia, de forma que un tratamiento efectivo de la diabetes es importante.
“Todavía no se sabe qué clase de agentes antidiabéticos serían los más beneficiosos para reducir el riesgo de demencia en los diabéticos”, apuntó Fillit.
Es demasiado pronto para recomendar estos medicamentos si una persona está en un alto riesgo de demencia, pero no tiene diabetes, añadió.
“Estos estudios observacionales, cuando se combinan con otros datos epidemiológicos, además de datos preclínicos, podrían indicar un beneficio”, comentó Fillit. “Pero, en este momento, sin duda es prematuro promover o recomendar un uso generalizado de los agentes antidiabéticos de cualquier clase para la prevención de la demencia, en particular de la enfermedad de Alzheimer”.