La contaminación atmosférica podría desencadenar más ataques de asma entre los niños y adolescentes urbanos, informa un estudio reciente.
Unos niveles incluso moderados de ozono y de partículas finas aéreas, los dos ingredientes del esmog, parecen aumentar el riesgo de ataques de asma de los niños, según los hallazgos, que se publicaron en la edición en línea del 4 de enero de la revista The Lancet Planetary Health.
“La fuerte asociación que este estudio demuestra entre unos contaminantes atmosféricos específicos entre los niños de comunidades urbanas pobres y unos ataques de asma no virales amplía más las evidencias de que reducir la contaminación atmosférica mejoraría la salud humana”, planteó el Dr. Hugh Auchincloss, director en funciones del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID) de EE. UU.
Los Institutos Nacionales de la Salud de EE. UU., de los cuales el NIAID forma parte, financiaron el nuevo estudio.
El estudio también relacionó a los dos contaminantes con cambios peculiares en las vías respiratoria de los niños, que podrían provocar un ataque de asma, según el líder del estudio, el Dr. Matthew Altman, profesor asociado del departamento de medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, en Seattle, y sus colegas. Esta es una de las primeras veces que unos niveles elevados de unos contaminantes atmosféricos distintivos en ubicaciones urbanas específicas se han vinculado con el riesgo de ataques de asma.
Los niños en áreas urbanas con unos ingresos bajos en Estados Unidos tienen un riesgo particularmente alto de ataques de asma, señalaron los investigadores en un comunicado de prensa de los NIH.
El estudio incluyó a 208 niños de 6 a 17 años, con un asma tendiente a los ataques, que vivían en vecindarios con ingresos bajos en una de nueve ciudades distintas de EE. UU. Luego, los investigadores validaron sus hallazgos en un segundo grupo de 189 personas de 6 a 20 años que vivían en áreas de bajos ingresos de cuatro ciudades de EE. UU.
El equipo rastreó la calidad diaria del aire, y la comparó con informes de ataques de asma en los niños urbanos. También verificaron para asegurarse de que los niños no sufrían de virus respiratorios que pudieran fomentar el asma.
Los investigadores encontraron que los ataques de asma fueron provocados por la contaminación, en lugar de virus, en casi un 30 por ciento de los niños, una proporción de dos a tres veces más alta que la observada en niños que no viven en áreas urbanas.
Los ataques se asociaron de forma específica con los niveles localmente elevados de partículas finas y ozono en el aire de exteriores, señalaron los autores del estudio.
Al analizar muestras de células nasales, obtenidas de los niños, los investigadores también encontraron que los niveles elevados de estos contaminantes afectaban a la expresión de genes que tienen un rol en la inflamación de las vías respiratorias.
Estos resultados podrían conducir a tratamientos que contrarrestarían los efectos nocivos de la contaminación atmosférica en las vías respiratorias de los humanos, informaron los investigadores.
Los hallazgos también indican que las personas con asma podrían beneficiarse si llevan monitores personales de la calidad del aire, lo que podría advertirles de unas condiciones que contribuyen a los ataques de asma.