La vitamina D podría ser un arma contra la diabetes tipo 2

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El estudio sobre la vitamina D comenzó con la observación de que la prevalencia de diabetes es en general más alta en los lugares más alejados del ecuador. Se encontró que los complementos redujeron el riesgo de progresar a la diabetes tipo 2 en un 15 por ciento.

Los complementos de vitamina D en las personas con prediabetes, también podrían ayudar a reducir las probabilidades de un diagnóstico de diabetes en toda regla.

En tres ensayos clínicos, los investigadores encontraron que los complementos de vitamina D tenían una efectividad modesta para reducir el riesgo de que la prediabetes progresara a la diabetes tipo 2. A lo largo de tres años, poco menos de un 23 por ciento de los pacientes de los estudios que usaban vitamina D desarrollaron diabetes, frente a un 25 por ciento de los que recibieron pastillas de placebo.

En promedio, encontró el estudio, los complementos redujeron el riesgo de progresar a la diabetes tipo 2 en un 15 por ciento.

“Está bastante claro que la vitamina D tiene un efecto moderado en la reducción del riesgo de diabetes tipo 2, si una persona tiene un riesgo alto”, señaló el investigador principal, el Dr. Anastassios Pittas, del Centro Médico Tufts, en Boston.

Los hallazgos no aplican a las personas con un riesgo promedio de la enfermedad, enfatizó, y todavía no está claro cuál es la dosis óptima de vitamina D para las personas con prediabetes.

Además, comentó Pittas, ningún complemento sería un reemplazo de los cambios en el estilo de vida, lo que incluye a una dieta saludable y al ejercicio regular.

“No deseamos que el mensaje sea que si toma una pastilla no tendrá que hacer el duro trabajo de cambiar la dieta y hacer ejercicio”, apuntó Pittas.

El estudio sobre la vitamina D comenzó con la observación de que la prevalencia de diabetes es en general más alta en los lugares más alejados del ecuador. Esto, dijo Pittas, apuntaba a que la exposición a la luz del sol (que lleva al cuerpo a producir vitamina D de forma natural) quizá tenga un rol en el riesgo de diabetes.

Unos estudios subsiguientes encontraron un vínculo entre los niveles de vitamina D en la sangre de las personas y su riesgo de diabetes tipo 2. Por otra parte, la investigación de laboratorio señalaba a algunos motivos potenciales: por ejemplo, la vitamina D puede restaurar la producción normal de insulina en los animales.

Hasta ahora, ha habido tres ensayos clínicos que han evaluado de forma directa si los complementos de vitamina D pueden reducir las probabilidades de que la prediabetes progrese a la diabetes tipo 2. Cada uno encontró que los participantes a quienes se administró vitamina D tenían un riesgo algo más bajo, en comparación con los que recibieron un placebo. Pero la diferencia no era significativa en términos estadísticos, lo que significa que el complemento no se podía declarar efectivo.

Entonces, Pittas y sus colegas realizaron un “metaanálisis” que reunió los datos de los tres ensayos. La idea es que, con un mayor número de pacientes, será más fácil detectar un efecto moderado de la vitamina D.

El análisis, que se publicó en la edición en línea del 6 de febrero de la revista Annals of Internal Medicine, incluyó a poco más de 4,000 adultos con prediabetes. La mitad se asignaron al azar a tomar vitamina D. En dos ensayos, los participantes tomaron vitamina D3, a una dosis de 4,000 UI al día, o de 20,000 UI a la semana. El tercer ensayo utilizó eldecalcitol, un “análogo” de la vitamina D que se receta para la osteoporosis.

A lo largo de tres años, poco menos de un 23 por ciento de los usuarios de complementos desarrollaron diabetes tipo 2, frente a un 25 por ciento de los usuarios del placebo.

Se trata de una diferencia modesta, pero los investigadores apuntaron al panorama general: en todo el mundo, hay 374 millones de personas con prediabetes, y estos hallazgos sugieren que la vitamina D puede al menos retrasar la diabetes en 10 millones de ellas.

“Diría que es bastante significativo”, comentó el Dr. Isaac Dapkins, director médico de los Centros de Salud Familiar de Langone de la NYU, en la ciudad de Nueva York.

Dapkins, que no participó en el estudio, dijo que le da un incentivo para medir los niveles de vitamina D en la sangre de sus pacientes con prediabetes. Hubo indicaciones de que los complementos eran más efectivos para los participantes que al principio tenían una deficiencia de vitamina D (por debajo de 12 ng/mL).

Como Pittas, Dapkins enfatizó la importancia del estilo de vida general para frenar la progresión de la prediabetes.

“Si una persona comenzara un programa de ejercicio, sería más efectivo [que la vitamina D]”, apuntó.

Pero Dapkins aclaró que añadir un complemento de vitamina D podría ser una forma fácil y de bajo costo de obtener protección adicional. Su consejo fue que las personas con prediabetes hablen con el médico, y que hagan que se mida su vitamina D en sangre, si aún no lo han hecho.

Pittas indicó que se necesita más trabajo para averiguar la dosis óptima de vitamina D para las personas con prediabetes.

En general, 4,000 UI al día (la dosis que se usó en uno de los ensayos) se considera el límite superior de ingesta de vitamina D. La vitamina D se almacena en la grasa corporal, anotó Dapkins, y hay un potencial de que unos niveles muy altos provoquen problemas, por ejemplo cálculos renales.

FUENTES: Anastassios Pittas, MD, MS, chief, division of endocrinology, diabetes & metabolism, Tufts Medical Center, Boston; Isaac Dapkins, MD, chief medical officer, Family Health Centers, NYU Langone, New York City; Annals of Internal Medicine, Feb. 6, 2023, online
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