- Una combinación de dos medicamentos mejoró las probabilidades de que el cáncer no regrese en pacientes con cáncer de hígado en etapa temprana
- Atezolizumab y bevacizumab ya se usan juntos para tratar el cáncer de hígado avanzado
- Después de un año, la combinación redujo la recurrencia o la muerte en un 28 % en pacientes a los que se les había extirpado el cáncer de hígado mediante cirugía o ablación
Una terapia combinada de dos medicamentos puede mejorar las probabilidades de supervivencia de las personas con un cáncer de hígado en etapa temprana, a través de unos ataques dirigidos contra las células tumorales, muestra un nuevo ensayo clínico.
La combinación de atezolizumab y bevacizumab redujo el riesgo de recurrencia del cáncer o muerte en un 28 por ciento en los pacientes que se sometieron a una cirugía para extirpar el tumor del hígado, informan los investigadores.
Esta es la primera vez que se ha mostrado que algún medicamento reduce el riesgo de recurrencia del cáncer de hígado en pacientes cuyos tumores se detectaron lo suficientemente temprano para que fueran extirpables, apuntó el investigador, el Dr. Pierce Chow, cirujano asesor sénior del Centro Oncológico Nacional de Singapur.
“En ese contexto, los resultados de este ensayo son históricos, porque por primera vez los pacientes con un cáncer de hígado primario, si se someten a una resección quirúrgica o a una ablación, tienen una oportunidad de recibir una terapia que puede reducir la recurrencia”, señaló Chow.
En el ensayo clínico, Chow y sus colegas evaluaron la combinación de dos fármacos en pacientes con un carcinoma hepatocelular, que es la forma más común de cáncer de hígado, en etapa temprana.
La combinación de atezolizumab/bevacizumb ya se utiliza para tratar el cáncer de hígado que se ha propagado o que no se puede tratar mediante cirugía. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. aprobó la combinación para ese uso en 2020.
El atezolizumab bloquea la capacidad de las células cancerosas de ocultarse del sistema inmunitario, mediante el uso de una proteína llamada ligando 1 de muerte programada (PD-L1). La PD-L1 puede hacer que una célula cancerosa parezca sana, y que así evite el ataque de las células inmunitarias.
Por otra parte, el bevacizumab bloquea a una proteína llamada VEGF, que provoca el crecimiento de los vasos sanguíneos. Algunas células cancerosas producen grandes cantidades de VEGF para fomentar el desarrollo de nuevos vasos sanguíneos que lleven sangre y nutrición a un tumor.
Dada su efectividad para el tratamiento del cáncer avanzado, los investigadores pensaban que la terapia combinada podría también ser útil para prevenir la recurrencia de los cánceres de hígado tempranos.
Los principales tratamientos para el cáncer de hígado en etapa temprana son la cirugía o la ablación térmica, un tratamiento que destruye a las células cancerosas mediante calor o frío, explicaron los investigadores en las notas de respaldo.
Lamentablemente, el riesgo de recurrencia del cáncer de hígado en estos pacientes varía entre un 70 y un 80 por ciento, apuntó Chow.
En el estudio, se reclutaron 334 pacientes: la mitad se asignaron al azar para recibir la combinación de los dos fármacos durante un año tras la cirugía. Los demás fueron asignados a una vigilancia activa para ver si su cáncer volvía, lo que hasta ahora ha sido la única opción disponible.
Tras un seguimiento promedio de 17 meses, la terapia combinada había reducido el riesgo de recurrencia o muerte en un 28 por ciento entre los pacientes que recibieron los medicamentos.
Los hallazgos fueron presentados esta semana en la reunión anual de la Asociación Americana para la American Association of Cancer Research, en Orlando, Florida. Ese tipo de investigación se considera preliminar hasta que se publique en una revista revisada por profesionales.
“Esto representa un importante desarrollo terapéutico en el campo del cáncer de hígado”, aseguró la Dra. Edith Mitchell, profesora clínica de oncología médica del Centro Oncológico Sidney Kimmel de los Hospitales de la Universidad Thomas Jefferson, en Filadelfia. Mitchell no participó en el ensayo.
“La tasa de recurrencia a 12 meses en los pacientes que no recibieron esta terapia fue de un 34 por ciento, así que se trata de un estudio muy significativo y potente”, aseguró Mitchell.
Un punto importante es que la terapia combinada tampoco produjo más efectos secundarios en los pacientes con cáncer de hígado en etapa temprana que en los que tenían una enfermedad avanzada, aunque estos últimos pacientes tomaron el medicamento durante más tiempo, anotaron tanto Chow como Mitchell.
Los pacientes en el ensayo en etapa temprana tomaron la combinación durante unos 11 meses, en promedio, en comparación con alrededor de siete meses entre los pacientes que participaron en ensayos anteriores dirigidos al cáncer de hígado avanzado, mostraron los resultados.
“Estuvieron en terapia significativamente más tiempo en términos del número de meses, en comparación con los pacientes en el ensayo anterior sobre el cáncer avanzado, pero no observamos un aumento en los efectos secundarios, a pesar de la duración más larga del tratamiento”, aclaró Chow. “Y la mayoría de los efectos secundarios que observamos se gestionan muy fácilmente”.
Los investigadores planifican continuar monitorizando la salud de los pacientes durante unos cinco años, “así que esperamos ver más datos más adelante”, añadió Chow.
La tasa de supervivencia relativa a cinco años de los pacientes con un cáncer de hígado localizado en etapa temprana es de un 36 por ciento, según la American Cancer Society.