La micosis fungoide es un tipo de linfoma de células T poco frecuente. En sus estadios iniciales afecta solo a la piel y para su manejo se utilizan tratamientos tópicos con corticoides y PUVA y sistémicos, como el interferón y los retinoides. Sin embargo, la irradiación cutánea total con electrones, que permite manejar toda la superficie de la piel, se ha consolidado en esos estadios iniciales al obtener muy buenos resultados, que rondan el 90-95 por ciento de respuestas completas. No obstante, la supervivencia libre de enfermedad a los 10 años se sitúa en el 50 por ciento.
El Servicio de Oncología Radioterápica Eresa del Hospital General Universitario de Elche (Alicante) ha puesto en marcha esta técnica. Según su máximo responsable, Enrique García Miragall, “está indicada para los estadios T1 y T2 con una intención radical y en tratamiento sintomático de tumores avanzados, para paliar síntomas como el prurito y la eritrodermia sintomática. De forma paliativa, también podemos tratar masas tumorales como efecto citorreductor sintomático y estético”.
El especialista ha apuntado que “con esta técnica podemos tratar lesiones que sean inferiores a 7-8 mm en su espesor por las características propias de los electrones de baja energía”. Además, ha señalado que, “en principio, no existe ninguna contraindicación para esta técnica, salvo aquellos pacientes que por su estado general no sean capaces de mantener la posición de bipedestación durante el tiempo que dura el tratamiento”.
Asimismo, ha apuntado que “es un tratamiento seguro con unos controles dosimétricos exhaustivos”. La toxicidad que presenta es sobre todo cutánea por la aparición de diferentes grados de dermitis y la alopecia.
En cuanto al equipamiento necesario, García Miragall ha señalado que “se ha hecho una pequeña actualización de hardware del acelerador lineal Varian 2100 mediante una tarjeta controladora; y además se ha adquirido un arco para el posicionamiento del paciente junto a una pantalla aplanadora para mejorar la homogeneidad de la dosis y reducir la energía de los electrones”.
La técnica empleada por el General de Elche es la de Stanford. “Se utilizan seis campos, dos anteriores y posteriores y cuatro oblicuos, de tal manera que toda la superficie cutánea queda expuesta al haz de radiación y, así, de forma estática y mediante las diferentes posiciones y campos, el paciente es abordado por completo”. Respecto al desarrollo del tratamiento, “habitualmente tratamos todos los campos cada día, en ciclos de cinco días a la semana y con un fraccionamiento de 1 Gy diario.
La dosis recomendada para el tratamiento radical es de 30-36 Gy, lo que supone el mismo número de días. Tras finalizar esta fase, hacemos unas sobreimpresiones de algunas zonas que se quedan infradosificadas. La dosis de RT paliativa es menor, entre 20-24 Gy”.
Fuente: diariomedico.com, online.