La American Gastroenterological Association (AGA) ha publicado una actualización de la práctica clínica y una revisión de expertos sobre la caracterización y el tratamiento de pacientes con síndrome de intestino corto, que se publicó recientemente en Clinical Gastroenterology and Hepatology.
“Existe un acuerdo general de que una longitud residual del intestino delgado de 200 cm o menos cumple los criterios para el [síndrome del intestino corto], aunque hay informes que sugieren que una longitud residual de 150 cm o menos puede ser más apropiada”, Kishore Iyer, MBBS, director de rehabilitación y trasplante intestinal pediátrico y adulto en el Centro Médico Mount Sinai en Nueva York, y sus colegas. “Las consecuencias específicas están relacionadas con las regiones del tracto gastrointestinal que faltan, como la deficiencia de vitamina B12 o la diarrea inducida por ácidos biliares por la resección del íleon terminal. Tales hallazgos específicos brindan pistas clínicas importantes que pueden ayudar a refinar el manejo”.
Usando la evidencia publicada disponible, incluidas las revisiones sistemáticas y las pautas clínicas publicadas recientemente, Iyer y sus colegas desarrollaron 12 declaraciones de consejos de mejores prácticas para el manejo de pacientes adultos con síndrome de intestino corto (SBS) e insuficiencia intestinal asociada a SBS. Los puntos destacados incluyen:
- La estimación precisa y el informe de la longitud intestinal residual son clave para un diagnóstico preciso de SBS; los expertos recomendaron que los cirujanos involucrados en resecciones intestinales masivas deben informar la longitud del intestino residual en lugar de la longitud del intestino resecado.
- Los dietistas que se especializan en SBS deben realizar una evaluación nutricional integral inicial con un seguimiento posterior a largo plazo de estudios de laboratorio, balance de líquidos, cambio de peso, niveles micronutricionales séricos y densidad ósea.
- La terapia dietética para SBS debe centrarse en mantener la hiperfagia compensatoria en lugar de restricciones dietéticas excesivas. La ingesta debe aumentarse en al menos un 50 % de las necesidades estimadas de un paciente para dar cuenta de una malabsorción significativa.
- Los medicamentos antisecretores, incluidos los inhibidores de la bomba de protones o los agonistas del receptor de histamina-2, pueden ser beneficiosos para reducir el volumen de las secreciones gástricas y controlar las pérdidas de heces.
- Los medicamentos en formas de dosificación sólidas, como tabletas, deben desintegrarse y disolverse antes de ser absorbidos.
- La intervención quirúrgica puede ser necesaria para reclutar el intestino distal no utilizado, aumentar la función del intestino residual a través de “operaciones específicas de alargamiento y reducción gradual” o enlentecer el tránsito intestinal.
- Los “efectos secundarios inaceptables y la eficacia a largo plazo cuestionable” han llevado a suspender el uso de la hormona de crecimiento humana recombinante entre estos pacientes.
“La atención de los pacientes con SBS requiere un enfoque integral y atención a los detalles”, concluyeron Iyer y sus colegas. “Un enfoque multidisciplinario compuesto por dietistas, enfermeras, cirujanos, gastroenterólogos o internistas y trabajadores sociales con experiencia en el cuidado de pacientes con IF es esencial para el manejo exitoso de estos pacientes”.