Comer con restricción de tiempo desde temprano en la mañana ofrece beneficios

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El ensayo, escribieron los investigadores, "sienta una base importante" para futuras investigaciones sobre el ayuno intermitente

Conclusiones clave

 

  •     Elegir una ventana de alimentación de 8 horas que comience a las 7 a. m. es más efectivo para perder peso que un horario típico de alimentación de 12 horas.
  •     La intervención podría usarse potencialmente para tratar la obesidad y la hipertensión.
  •     Las personas que practicaron la alimentación restringida en el tiempo desde temprano en la mañana también vieron beneficios para su estado de ánimo.

 

Según los investigadores, cuando se practica una forma de ayuno intermitente (alimentación restringida en el tiempo), comenzar más temprano en el día puede ser más efectivo para perder peso que los hábitos alimenticios típicos.

Humaira Jamshed, PhD, profesora asistente de ciencias integradas y matemáticas en la Universidad de Habib en Karachi, Pakistán, y sus colegas buscaron comprender si el tiempo en el que uno practica la alimentación restringida en el tiempo influye en la pérdida de peso y otros resultados. Descubrieron que, en comparación con una alimentación normal durante un período de 12 o más horas, la alimentación restringida en el tiempo que comienza más temprano en el día (eTRE) es más efectiva tanto para la pérdida de peso como para la reducción de la PA diastólica.

La intervención, escribieron, “por lo tanto, puede ser un tratamiento eficaz tanto para la obesidad como para la hipertensión”, hallazgos que se alinean con investigaciones anteriores que también han relacionado el ayuno intermitente con la pérdida de peso y los beneficios para los pacientes con obesidad y resistencia a la insulina.

En el ensayo clínico aleatorizado, publicado en JAMA Internal Medicine, 90 personas, de las cuales el 80 % eran mujeres, recibieron un tratamiento de pérdida de peso con restricción energética y se asignaron al azar a un grupo de control o eTRE. El tratamiento de pérdida de peso con restricción de energía incluyó asesoramiento personalizado con un dietista, en el que se instruyó a los participantes para que hicieran ejercicio entre 75 y 150 minutos por semana y siguieran una dieta de 500 kcal por día por debajo de su gasto energético en reposo.

Los del grupo de control pudieron elegir un período de 12 o más horas para comer, imitando los hábitos promedio de horarios de las comidas en los Estados Unidos, y los del grupo eTRE comieron entre las 7 a. m. y las 3 p. m. Las tasas de adherencia fueron buenas, escribieron los investigadores, y señalaron que ambos grupos mantuvieron sus dietas al menos 6 días a la semana y comieron dentro del margen de tiempo que se les asignó. Los participantes del grupo de control comieron durante un tiempo medio de 12,3 horas, mientras que los del grupo con restricción de tiempo comieron durante un tiempo medio de 7,6 horas, una diferencia de 4,8 horas (p < 0,001).

Ambos grupos estaban igualmente satisfechos con su ventana de alimentación, y el 41 % en el grupo eTRE informó que deseaba continuar con la intervención. Entre los que probaron eTRE, el 28 % dijo que tenía la intención de seguir comiendo en el horario de 7 a. m. a 3 p. m. ventana después de completar la intervención, y el resto quería una ventana diferente para comer con restricción de tiempo.

Los participantes del grupo de control (4,0 kg [4,2 %]; IC del 95 %, de 5,1 a 2,9 kg) y del grupo eTRE (6,3 kg [5,7 %]; IC del 95 %, de 7,4 a 5,2 kg) “lograron una pérdida de peso clínicamente significativa”. pero el grupo eTRE vio una pérdida adicional de 2,3 kg (IC del 95 %, 3,7 a 0,9 kg; P = 0,002), una mejora de alrededor del 50 % en la pérdida de peso. Además, los del grupo eTRE habían reducido su PA diastólica en 4 mm Hg adicionales (IC del 95 %, 8 a 0 mm Hg; P = 0,04).

Los investigadores también encontraron que eTRE era más efectivo cuando se trataba de mejorar los trastornos del estado de ánimo. Estas, sin embargo, fueron las únicas diferencias importantes. No hubo diferencias estadísticamente significativas en la pérdida de grasa, la relación entre la pérdida de grasa y la pérdida de peso, la presión arterial sistólica, los niveles de insulina, la frecuencia cardíaca u otras medidas.

El ensayo, escribieron los investigadores, “sienta una base importante” para futuras investigaciones sobre el ayuno intermitente en el sentido de que los estudios futuros podrían evaluar quién puede adherirse a una alimentación restringida en el tiempo y si la duración o el momento de la ventana para comer afectaría los resultados.

“La intervención eTRE debe probarse más a fondo como un enfoque de bajo costo y fácil de implementar para mejorar la salud y tratar enfermedades”, concluyeron.

FUENTE: Jamshed, H, et al. JAMA Intern Med. 2022;doi:10.1001/jamainternmed.2022.305.

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