El aire con smog podría empeorar el COVID en una persona, aunque esté vacunado

smog
Estos hallazgos muestran que aunque las personas que están vacunadas y se exponen al aire contaminado siguen teniendo un mayor riesgo de unos peores resultados.

La exposición a la contaminación atmosférica puede impedir la recuperación de la COVID-19, independientemente de que alguien esté o no vacunado, según una nueva investigación.

“Estos hallazgos son importantes, porque muestran que, aunque las vacunas contra la COVID-19 tienen éxito al reducir el riesgo de hospitalización, las personas que están vacunadas y se exponen al aire contaminado siguen teniendo un mayor riesgo de unos peores resultados que las personas vacunadas que no se exponen a la contaminación atmosférica”, señaló la coautora del estudio, Anny Xiang, científica sénior de investigación de Kaiser Permanente del Sur de California.

Los investigadores analizaron los expedientes médicos de los pacientes del sistema de salud de Kaiser Permanente del Sur de California. Esto incluyo a más de 50,000 pacientes de a partir de 12 años diagnosticados con la COVID-19 en julio o agosto de 2021, mientras se propagaba la variante delta. Alrededor de un 34 por ciento estaban vacunados del todo.

El equipo incluyó a investigadores de la Facultad de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California (USC). Usaron las direcciones físicas y datos sobre la calidad del aire para determinar los niveles de exposición de los pacientes a unas partículas finas conocidas como PM2.5, al dióxido de nitrógeno (NO2) y al ozono (O3) en el mes anterior al diagnóstico de COVID y un año antes.

Tras determinar que las vacunas planteaban una diferencia en el riesgo de hospitalización, los investigadores también encontraron que, incluso entre las personas vacunadas, la exposición a estos dos contaminantes (la PM2.5 y el dióxido de nitrógeno) aumentaba el riesgo de hospitalización en hasta un 30 por ciento.

“Las personas vacunadas del todo tenían una reducción de casi un 90 por ciento en el riesgo de hospitalización por la COVID, e incluso las personas parcialmente vacunadas tenían un riesgo más o menos un 50 por ciento más bajo”, señaló la coautora Zhanghua Chen, profesora asistente de ciencias de la población y la salud pública de la Keck.

Pero la exposición a los contaminantes seguía siendo nociva.

“Entre las personas vacunadas, el efecto nocivo de la exposición a la contaminación atmosférica es un poco más pequeño, en comparación con las personas que no se habían vacunado”, apuntó Chen en un comunicado de prensa de la USC. “Pero esa diferencia no alcanzó la significación estadística”.

La exposición a corto plazo podría empeorar la inflamación pulmonar y alterar la respuesta inmunitaria, según el estudio. La exposición a largo plazo se vinculó con las enfermedades cardiacas y pulmonares, y con unos síntomas más graves de COVID.

Entre los casi 31,000 participantes del estudio que no estaban vacunados, una exposición alta a corto plazo a la PM2.5 aumentó el riesgo de hospitalizaciones por la COVID-19 en un 13 por ciento. La exposición a largo plazo aumentó el riesgo en un 24 por ciento.

En cuanto al dióxido de nitrógeno, los riesgos aumentaron en un 14 y un 22 por ciento con las exposiciones a corto y a largo plazo, respectivamente. El estudio no encontró unas asociaciones significativas entre los niveles de ozono y las hospitalizaciones por la COVID.

Fuente: University of Southern California Keck School of Medicine of USC, news release, Sept. 28, 2022
0 0 votos
Calificación del artículo
guest
0 Comentarios
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios

Compartir artículo

Share on facebook
Share on linkedin
Share on twitter
Share on email

Más artículos

apnea

La apnea del sueño aumenta las probabilidades de COVID prolongada

Los adultos con apnea del sueño obstructiva tenían un 75 por ciento más de probabilidades de experimentar síntomas de COVID prolongada que las personas sin el trastorno. Se evisaron análisis de los expedientes de salud electrónicos de tres conjuntos de datos que incluían a más de 2.2 millones de personas