El cáncer de colon continúa en aumento entre los adultos más jóvenes. Así lo informa la American Cancer Society, donde afirma que los casos se han duplicado entre las personas menores de 55 años, en cuestión de alrededor de 25 años.
Además, un número significativamente más alto de estadounidenses están siendo diagnosticados en etapas avanzadas de la enfermedad, según la sociedad oncológica.
Hasta 2019, un 20 por ciento de los casos de cáncer de colon ocurrían en adultos menores de 55 años, un aumento respecto a apenas un 11 por ciento en 1995, según el nuevo informe.
Además, los investigadores encontraron que la proporción de personas diagnosticadas con un cáncer en etapa avanzada alcanzó un 60 por ciento en 2019, un aumento respecto a un 52 por ciento a mediado de la década de los 2000. La tasa de enfermedad avanzada fue de un 57 por ciento en 1995, antes de que las pruebas de detección estuvieran disponibles ampliamente.
Los expertos en el cáncer se sienten perplejos, sobre todo dado que las cifras están en declive en la población general.
“No sabemos qué empuja el aumento en el cáncer colorrectal entre las personas jóvenes”, comentó el investigador sénior, el Dr. Ahmedin Jemal, vicepresidente sénior de ciencias de la vigilancia y la igualdad en la salud de la sociedad del cáncer.
“Se están realizando muchas investigaciones. Algunas personas dicen que es probable que la obesidad o los cambios en la dieta en las últimas décadas pudieran ser un motivo, pero en realidad no sabemos las causas exactas de este rápido aumento en las tasas de incidencia del cáncer colorrectal”, lamentó.
Este año, más de 153,000 estadounidenses serán diagnosticados con un cáncer de colon, y 52,550 fallecerán de la enfermedad, escribieron los investigadores.
La mejor protección contra el cáncer de colon son las pruebas de detección, enfatizó Jemal.
La sociedad oncológica recomienda que las pruebas de detección comiencen a los 45 años para las personas con un riesgo promedio. Pero Jemal señaló que apenas 4 de cada 10 adultos se están sometiendo a las pruebas de detección.
“Si aumentáramos las pruebas de detección del cáncer colorrectal a un 80 por ciento, estimamos que se podrían evitar decenas de miles de casos, y se podrían salvar miles de vidas”, planteó.
El médico puede proveerle una prueba de sangre en heces, o remitirlo a una colonoscopia de detección, apuntó Jemal. La ventaja de la colonoscopia es que se debe realizar solo una vez cada 10 años, mientras que la otra se debe realizar cada año.
Las barreras contra las pruebas de detección incluyen no tener un seguro y que el médico de atención primaria no recomiende las pruebas de detección, comentó.
Aunque los adultos más jóvenes están desarrollando cáncer de colon, Jemal no anticipa que se baje la edad recomendada para las pruebas de detección.
“Es muy poco probable, porque habrá un análisis de rentabilidad, y entre todos los casos de cáncer colorrectal que ocurren ante de los 50 años, un 43 por ciento ocurren entre los 45 y los 49 años. Es muy poco probable que hacerlo a una edad más temprana tuviera algún beneficio”, dijo Jemal.
El Dr. John Ricci, jefe de cirugía colorrectal del Centro Médico Judío de Long Island, en Great Neck, Nueva York, comentó que, hoy en día, trata a muchos pacientes más jóvenes con un cáncer de colon.
“Era casi insólito ver a una persona en la treintena con un cáncer de colon, y ahora lo vemos con bastante frecuencia, lamentablemente”, apuntó Ricci.
Los pacientes deben conocer sus antecedentes familiares, planteó Ricci.
“No se trata solo de los antecedentes familiares de cáncer, sino también de pólipos de alto riesgo”, subrayó. Si unos familiares cercanos han tenido más de tres pólipos, o pólipos grandes, una persona calificaría para una colonoscopia temprana, señaló Ricci. Los pólipos se pueden convertir en cáncer si no se extirpan.
Los cambios en los hábitos intestinales y el sangrado, que son síntomas del cáncer de colon, son motivos para que su gastroenterólogo lo evalúe. “Cuando se tiene un cáncer sintomático, en general está más avanzado”, dijo Ricci.
Los médicos deben recomendar las pruebas de detección, y los pacientes deben ser proactivos y preguntar al médico sobre las pruebas de detección, añadió.
“Hay que ser consciente de que el cáncer colorrectal ya no es una enfermedad de las personas mayores”, enfatizó Ricci. “Ahora es una enfermedad de las personas de mediana edad. Y parece que las pruebas de detección no se las están haciendo suficientes personas”.
En el informe, el equipo de Jemal utilizó datos disponibles hasta 2019 de 50 estados y el Distrito de Columbia, del Instituto Nacional del Cáncer de EE. UU. y los CDC de EEUU.
Encontraron que la incidencia de cáncer de colon y las muertes relacionadas se redujeron de un 3 a un 4 por ciento al año a principios de la década de los 2000 a un 1 por ciento y un 2 por ciento al año, respectivamente, en la última década.
Las tasas de cáncer de colon fueron un 33 por ciento más altas en los hombres (41.5 por cada 100,000) que en las mujeres (31 por cada 100,000) de 2015 a 2019, probablemente debido a diferencias en los factores de riesgo, como el peso corporal excesivo, el consumo de carne procesadas y el tabaquismo, anotan los investigadores.
Las tasas de cáncer de colon se han reducido en las personas de a partir de 65 años, y se han estabilizado entre los 50 y los 64 años, pero han aumentado en un 2 por ciento al año en las personas menores de 50 años y en las de 50 a 54 años.
Además, las muertes por cáncer de colon han aumentado desde alrededor de 2005, en un 1 por ciento al año en las personas mayores de 50 años, y en casi un 1 por ciento en las personas de 50 a 54 años, apuntaron los investigadores.
Las tasas más altas de cáncer de colon son entre los nativos de Alaska, los amerindios y las personas negras. Entre las personas blancas, la incidencia es de 35.7 por cada 100,000. Los patrones de mortalidad son similares, y es más alta entre los nativos de Alaska, los amerindios y las personas negras.
El informe se publicó en la edición en línea del 1 de marzo de la revista CA: A Cancer Journal for Clinicians.