Hacer ejercicio durante la quimioterapia es seguro, mejora la función cardiaca y respiratoria a largo plazo, y podría ayudar a aliviar algunos de los estragos del tratamiento, informan unos investigadores holandeses. Si una persona no puede hacer ejercicio durante la quimioterapia, entonces debe comenzar tras el tratamiento, para normalizar la función cardiaca, añadieron.
“Estos hallazgos sugieren que el momento óptimo para el ejercicio físico es durante la quimioterapia”, señaló la autora sénior del estudio, la Dra. Annemiek Walenkamp, oncóloga médica del Centro Médico de la Universidad de Groninga, en Países Bajos.
“Pero iniciar un programa de ejercicio tras la quimioterapia es una alternativa viable, cuando el ejercicio durante la quimioterapia no es posible” planteó Walenkamp. “Esperamos que los proveedores de atención de la salud orienten a los pacientes para que participen en intervenciones de ejercicio durante el tratamiento para el cáncer”.
Durante la quimioterapia, el consumo máximo de oxígeno, un predictor de la salud cardiaca, en general se reduce en hasta un 25 por ciento, anotaron los investigadores. El tratamiento para el cáncer también puede afectar a la calidad de vida y a la aptitud cardiaca y respiratoria. Y esto no es todo: puede provocar una fatiga extrema, y muerte cardiovascular, añadieron.
En el estudio, Walenkamp y sus colegas observaron los beneficios del ejercicio entre los pacientes en un programa de ejercicio personalizado. Los pacientes sufrían de cáncer de mama, cáncer de colon, cáncer de testículo o linfoma no Hodgkin. Todos debían someterse a quimioterapia. Los participantes fueron elegidos al azar para participar en un programa de ejercicio de 24 semanas durante o después del tratamiento.
El ejercicio incluía una bicicleta estacionaria, máquinas de pesas, pesas libres y bádminton.
Al final, los investigadores encontraron que los que hicieron ejercicio durante la quimioterapia se sentían menos cansados y hacían más ejercicio. Además, también tenían una mejor función cardiaca y respiratoria, así como una mayor fuerza muscular.
Los que comenzaron a hacer ejercicio tres meses tras la quimioterapia también mostraron cierta mejora. Ambos grupos volvieron a su aptitud cardiorrespiratoria normal un año después de completar el programa de ejercicio, encontraron los investigadores.
El informe se publicó en la edición del 18 de octubre de la revista JACC: CardioOncology.
“Este estudio es una importante adición al campo de la oncología del ejercicio”, aseguró el Dr. Eric Yang, director del programa de cardiooncología de la UCLA. Yang no participó en el estudio, pero revisó los hallazgos.
“El ejercicio ha ofrecido muchos beneficios en nuestro campo de la oncología, y dados los avances logrados en los tratamientos para el cáncer, en que cada vez más pacientes viven más tiempo y sobreviven sin la enfermedad, es importante evaluar estrategias para optimizar su salud cardiaca y calidad de vida”, señaló Yang.
Aunque los tratamientos para el cáncer tienen ahora menos efectos secundarios tóxicos, el tratamiento todavía puede dañar al corazón, explicó.
“Debido a los muchos efectos secundarios, como fatiga, conteos bajos de glóbulos sanguíneos, náuseas y una energía baja, esto afecta de forma directa e indirecta a la capacidad de hacer ejercicio y mantener una rutina diaria normales, y por tanto afecta a la reserva y a la salud cardiovasculares”, planteó Yang.
El ejercicio es importante para ayudar a contrarrestar los efectos negativos que el tratamiento para el cáncer puede provocar en el corazón, apuntó.
“Es importante no descuidar la salud cardiaca, ahora que surge cada vez más evidencia de que estos pocos años de tratamiento pueden ponerlo en un mayor riesgo de eventos cardiovasculares a largo plazo”, comentó.
El tratamiento para el cáncer está cambiando, y se aconseja a los pacientes que se preocupen por su salud en general, y no solo de su cáncer, enfatizó.
“La antigua época en que se le decía a la persona que se enfocara solo en su tratamiento para el cáncer, que comiera lo que quisiera, que descansara, se está quedando anticuada”, dijo Yang. “Este estudio, entre muchos otros, ha mostrado que es seguro hacer ejercicio, con cierta precaución respecto a los regímenes de alta intensidad”.
Espera que los pacientes mantengan el mayor nivel posible de un estilo de vida saludable durante la quimioterapia.
“Animo a los pacientes a mantener toda la normalidad posible y tolerada durante sus tratamientos”, dijo Yang. “Comprendo que quizá no puedan hacer ejercicio al mismo nivel que antes de los tratamientos para el cáncer, pero enfatizo, a ellos y a sus familias, que el ejercicio y una alimentación saludable son primordiales, y que serán una gran inversión en su calidad de vida a largo plazo. Y, como este estudio demuestra, si no puede hacer ejercicio durante los tratamientos, comience después… mejor tarde que nunca”.