Algunas mujeres toman terapia de reemplazo hormonal (TRH) para luchar contra los sofocos y sudoraciones nocturnas que acompañan a la menopausia, pero una nueva revisión de estudios sugiere que la terapia podría aumentar el riesgo de una mujer de desarrollar acidez.
Las mujeres que toman o han tomado hormonas tienen un riesgo más alto de desarrollar la enfermedad de reflujo gastroesofágico (ERGE), que se caracteriza por acidez, dificultades para tragar y dolor en el pecho, encontró el análisis de cinco estudios anteriores. Se publicó en la edición del 27 de junio de Menopause, la revista de la Sociedad Norteamericana de la Menopausia (North American Menopause Society).
Esta no es la primera vez que la TRH se ha vinculado con efectos secundarios. Su uso a largo plazo cayó en desgracia en 2002, después de que el estudio Iniciativa de salud de las mujeres encontrara que las hormonas aumentaban el riesgo de accidente cerebrovascular, y de cáncer de mama y de ovario. Hoy en día, el uso a corto plazo de la terapia hormonal se considera seguro para algunas mujeres que tienen síntomas graves de menopausia.
“El principal mensaje es que el uso de la terapia hormonal se puede asociar con la ERGE, y que las mujeres en riesgo deben ser orientadas en consecuencia”, planteó la Dra. Stephanie Faubion, directora médica de la Sociedad Norteamericana de la Menopausia y directora del Centro de Salud de las Mujeres de la Clínica Mayo, en Rochester, Minnesota.
Entre las mujeres en riesgo se encuentran las que son obesas, las que fuman, las que consumen una cantidad entre moderada y alta de alcohol, y las que no hacen actividad física regular, señaló. La actividad física vigorosa después de las comidas también puede poner en riesgo a una mujer.
Investigaciones anteriores han mostrado que el riesgo de ERGE es más alto durante el embarazo, cuando las hormonas se disparan, y también cuando las mujeres toman pastillas anticonceptivas.
Las hormonas podrían debilitar el esfínter, o músculo, inferior que conecta al esófago con el estómago, y permitir que el ácido tenga un acceso fácil de vuelta al esófago. El estrógeno también podría aumentar la producción de ácido en el estómago, según Faubion.
En la nueva revisión, un equipo dirigido por la Dra. Wafa Aldhaleei, de la Facultad de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins, en Baltimore, examinó cinco estudios que incluyeron a más de 1 millón de mujeres. Cuando los estudios comenzaron, ninguna había sido recibido un diagnóstico de ERGE.
Las mujeres en los estudios que tomaron estrógeno o una combinación de estrógeno más progesterona tenían un riesgo más alto de desarrollar ERGE, en comparación con las que no, mostró el análisis.
Las mujeres que tomaron una formulación combinada de estrógeno y progestágeno tuvieron un riesgo más bajo de ERGE que las mujeres que tomaron cualquiera de las dos hormonas por su cuenta.
Las mujeres que todavía tienen un útero deben tomar progesterona con estrógeno, ya que tomar estrógeno solo aumenta el riesgo de cáncer del revestimiento uterino (el endometrio).
El consejo de Faubion es el mismo para todas las mujeres con ERGE, independientemente de si toman terapia de reemplazo hormonal o no.
“Estas recomendaciones incluyen mantener un peso corporal saludable, dejar de fumar, reducir o eliminar el consumo de alcohol, evitar unas comidas más grandes y copiosas [sobre todo cerca de la hora de dormir], evitar la cafeína, hacer actividad física regular [pero no una actividad vigorosa justo después de una comida]”, apuntó.
La Dra. Margaret Nachtigall es profesora clínica asociada de obstetricia y ginecología de la Facultad de Medicina Grossman de la NYU, en la ciudad de Nueva York. No ha notado un aumento en los síntomas de ERGE en sus pacientes que toman TRH.
“Se trata de un estudio interesante, pero se basa en cinco estudios, y por tanto no pienso que cambiaría mi práctica respecto a recetar terapia hormonal”, señaló Nachtigall, que revisó los hallazgos.
La mayoría de los estudios incluidos en esta revisión observaron a mujeres que tomaban hormonas orales, apuntó.
“Es posible que cualquier medicamento oral pudiera ser un irritante del estómago, y esta podría ser una explicación [del aumento en la ERGE]”, comentó Nachtigall, y sugirió que investigaciones futuras estudien si las hormonas administradas a través de parches en la piel u otras rutas aumentan el riesgo de ERGE.
Si desarrolla ERGE, vaya al médico para averiguar qué la provoca, aconsejó.
“Si se averigua que la terapia hormonal oral provoca ERGE, entonces podría convencerme o pensar en cambiar a una ruta [de parche], y si no hay otra fuente de la ERGE, quizá valga la pena considerar un ensayo sin la terapia hormonal para ver si era la causa”, planteó Nachtigall.
La terapia hormonal durante y después de la menopausia se debe personalizar, apuntó.
“Pienso que es importante que se evalúe a las personas para ver si la terapia hormonal sería beneficiosa para ellas”, añadió Nachtigall.