Los niños nacidos mediante óvulos donados y subrogación crecen bien, encuentra un estudio

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La ausencia de una conexión biológica [genética o gestacional] entre los niños y sus padres no interfiere con el desarrollo de unas relaciones positivas entre ellos ni con el bienestar psicológico del niño", aseguró Golombok.
  • Según una nueva investigación los niños nacidos con la ayuda de la tecnología de reproducción asistida son tan bien adaptados a los 20 años como los que nacieron de forma natural
  • Decírselo a sus hijos oportunamente marcó la diferencia: solo el 7 % de las mamás que revelaron esto a los 7 años reportaron tener problemas familiares, en comparación con el 22 % de las mamás que esperaron hasta después de esa edad
  • Lo mismo sucedió con los niños una vez que alcanzaron la edad adulta: mientras que el 12.5 % de los que recibieron la noticia antes de los 7 años reportaron tener problemas familiares, el 50 % de los que recibieron la notificación a edades posteriores reportaron tales problemas

 

Independientemente de cómo son concebidos, los niños están bien.

Esta es la conclusión principal de un nuevo estudio de investigadores británicos, que no encontraron ninguna diferencia real en el bienestar psicológico de los niños que nacieron mediante donaciones de esperma/óvulos o subrogación y los que nacieron de forma natural cuando habían cumplido los 20 años.

“Los niños nacidos a través de una donación reproductiva de una tercera parte (la donación de óvulos, la donación de esperma o la subrogación) están bien ajustados y tienen relaciones positivas con sus padres hasta la adultez misma”, aseguró la autora del estudio Susan Golombok, exdirectora del Centro de Investigación sobre las Familias de la Universidad de Cambridge.

En el estudio, los investigadores dieron seguimiento a 65 familias con hijos que habían nacido a través de la reproducción asistida, desde la infancia hasta que el niño cumplió los 20 años. Las mamás y los niños fueron entrevistados, y llenaron cuestionarios sobre sus relaciones. Sus respuestas se compararon con las de 52 familias con hijos que habían sido concebidos de forma natural en el mismo periodo.

¿Cuál es la conclusión? “La ausencia de una conexión biológica [genética o gestacional] entre los niños y sus padres no interfiere con el desarrollo de unas relaciones positivas entre ellos ni con el bienestar psicológico del niño”, aseguró Golombok.

Los nuevos hallazgos son coherentes con evaluaciones previas que los investigadores realizaron cuando tenían 1, 2, 3, 7, 10 y 14 años, añadió.

A los niños no les molesta en lo absoluto la forma en que nacieron, pero quizá sea mejor contarles a los niños que nacieron a través de reproducción asistida cuando son más pequeños, sugiere el nuevo estudio.

La mayoría de los padres que compartieron información sobre las circunstancias del nacimiento con su hijo lo habían hecho cuando tenía 4 años, y los niños se lo tomaron bien.

“Las personas nacen de muchas formas distintas, y si nací de una manera un poco diferente, está bien, lo comprendo”, apuntó un participante.

Un adulto joven que nació mediante una donación de esperma lo expresó así: “Mi papá es mi papá, mi mamá es mi mamá, en realidad nunca he pensado sobre que algo sea distinto, así que es difícil describirlo, pero en realidad no me importa”.

Las mamás que comenzaron a contarles a sus hijos sobre sus orígenes biológicos en sus años preescolares tenían unas relaciones más positivas con sus hijos, y estas madres mostraban unos niveles más bajos de ansiedad y depresión, mostró el estudio.

Además, las madres que les contaron a sus hijos sobre sus orígenes antes de que su hijo tuviera 7 años tuvieron unas puntuaciones un poco más positivas en medidas sobre la calidad de las relaciones familiares, los sentimientos hacia el adulto joven, y la comunicación en la familia.

Apenas un 7 por ciento de las mamás que habían divulgado la información antes de que el niño cumpliera 7 años reportó problemas en las relaciones familiares, en comparación con un 22 por ciento de las que se lo contaron a sus hijos después de que el niño cumpliera los 7 años.

Entre sus hijos ocurrió lo mismo. A los adultos jóvenes a quienes les informaron sobre sus orígenes antes puntuaron más en medidas de su percepción de los sentimientos de sus madres hacia ellos, la comunicación y el bienestar psicológico. Aunque un 12.5 por ciento de los niños a quienes les hablaron sobre sus orígenes antes de los 7 años reportaron problemas en el cuestionario sobre las relaciones familiares, todo un 50 por ciento de los adultos jóvenes a quienes les contaron sobre sus orígenes a unas edades más tardías reportaron este tipo de problemas.

¿Cómo se aborda el tema? Hay libros disponibles para ayudar a los padres a hablar con sus hijos sobre su concepción/nacimiento. “Encontramos que la mayoría de los padres del estudio usaron estos libros, y encontraron que eran útiles”, aseguró Golombok.

El estudio sí notó ciertas sutilezas entre los métodos de tecnología reproductiva usados. Por ejemplo, las mamás que usaron una donante de óvulos reportaron unas relaciones menos positivas con sus hijos que las que usaron un donante de esperma. No se sabe el motivo exacto de que esto ocurra, pero las mamás quizá se sientan inseguras sobre la ausencia de una conexión genética con su hijo. Sus hijos no sentían lo mismo sobre la calidad de la relación.

Los adultos jóvenes concebidos mediante una donación de esperma sí reportaron una peor comunicación familiar que los concebidos mediante una donación de óvulos, quizá debido a un mayor secretismo sobre la donación de esperma que la de óvulos, anotaron los autores del estudio.

La investigación se publicó en la edición del 12 de abril de la revista Developmental Psychology.

El Dr. Alex Robles, un endocrinólogo reproductivo del Centro de Fertilidad de la Universidad de Columbia, en la ciudad de Nueva York, afirmó que los hallazgos reflejan lo que ha visto en su consultorio.

“Estos hallazgos concuerdan con lo que habíamos entendido sobre estas relaciones, y proveen tranquilidad a las personas que quizá sientan renuencia respecto al uso de ayuda de terceras partes para construir sus familias”, comentó Robles.

FUENTES: Susan Golombok, PhD, retired professor, family research, and former director, Centre for Family Research, University of Cambridge, U.K.; Alex Robles, MD, reproductive endocrinologist, Columbia University Fertility Center, New York City; Developmental Psychology, April 12, 2023
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