Los niños se defienden de la COVID más fácilmente, pero su sistema inmunitario paga un precio

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El sistema inmunitario potenciado de los niños les permite vencer a la COVID-19 fácilmente, y producir una fuerte respuesta inmunitaria inicial que se deshace del virus con rapidez sin embargo puede ser que esta marcada reacción conlleve un precio.

El sistema inmunitario potenciado de los niños les permite vencer a la COVID-19 fácilmente, y producir una fuerte respuesta inmunitaria inicial que se deshace del virus con rapidez.

Pero esta marcada reacción quizá conlleve un precio a pagar, señala un nuevo estudio de Australia.

Como la respuesta inicial provee una eliminación tan rápida, los sistemas inmunitarios de los niños no recuerdan al virus, y no se adaptan para prepararse ante futuras infecciones, según los científicos del Instituto Garvan de Investigación Médica, en Sídney.

Como resultado, su cuerpo sigue tratando a la COVID como una nueva amenaza, lo que los deja vulnerables a volver a enfermar por las infecciones futuras con la COVID.

“El precio que los niños pagan por ser tan buenos al eliminar el virus en primer lugar es que no tienen la oportunidad de desarrollar una memoria ‘adaptativa’ que los proteja la segunda vez que se expongan al virus”, aclaró en un comunicado de prensa del instituto el autor principal, Tri Phan, director del Laboratorio de Microscopía y Expresión Genética Intravital (IMAGE) del Garvan.

El sistema inmunitario de todas las personas tiene dos modos: los sistemas innato y adaptativo.

El sistema inmunitario innato está conformado sobre todo por barreras como la piel y las superficies mucosas, que evitan físicamente que el virus entre al cuerpo. También puede generar unas respuestas inmunitarias cuando detecta a un invasor foráneo, como un virus o una bacteria, aunque no puede distinguir entre patógenos específicos.

Por otra parte, el sistema inmunitario adaptativo contiene células B y T, que sirven como células de “memoria”. Este sistema aprende a reconocer y distinguir entre las distintas partes de virus específicos, y pueden generar una rápida respuesta dirigida ante una infección.

Los bebés comienzan con un sistema inmunitario en blanco, y dependen de su sistema inmunitario innato para vencer a las infecciones.

A medida que crecen y se exponen a más virus, las células de memoria T aprenden la forma de producir respuestas a estos virus.

“El sistema inmunitario de los niños pasa de depender sobre todo del sistema innato a necesitar al sistema adaptativo como respaldo a medida que crecen y no pueden eliminar los virus con tanta rapidez”, señaló el investigador clínico principal, el Dr. Philip Britton, médico de enfermedades infecciosas pediátricas del Hospital Pediátrico de Westmead, en Sídney.

En el nuevo estudio, los investigadores analizaron genéticamente unas muestras de glóbulos blancos para revisar las respuestas de las células T de niños y adultos, en el momento de su infección con la COVID y una vez más un mes más tarde.

Realizaron este análisis en un grupo de siete niños y sus cinco contactos familiares en el hogar, tras una infección leve o asintomática con la COVID. El estudio incluyó a dos adultos adicionales hospitalizados por la COVID.

Los investigadores encontraron que los niños lucharon con éxito contra la COVID a través de la respuesta inmunitaria en sus vías respiratorias superiores, que dependía de barreras físicas como el moco, además de unas células inmunitarias “naïve” o “vírgenes” que atacan a cualquier virus a la vista.

Pero los niños tuvieron una mala respuesta de células T de memoria después de su recuperación, lo que significa que sus sistemas inmunitarios no habían aprendido a dirigirse al SARS-CoV-2 en específico. En esencia, su robusta respuesta inmunitaria innata socava a su respuesta adaptativa.

Entre los adultos se observó exactamente lo contrario: pocas células T naïve, pero magníficas respuestas de las células T tras la infección y la recuperación.

Si estos resultados se sostienen, proveen un respaldo adicional para la vacunación infantil contra la COVID, plantean los investigadores.

“Se requerirá [la vacunación] para evitar a este cuello de botella inmunitario en las vías respiratorias superiores de los niños, y permitirles generar una inmunidad duradera”, escribieron en su artículo, que se publicó en la edición de enero de la revista Clinical Immunology.

Estos hallazgos podrían explicar por qué los sistemas inmunitarios de los adultos mayores reaccionan de una forma exagerada a la COVID, provocando unos síntomas graves y potencialmente letales, aseguró Phan.

La COVID es provocada por un coronavirus, la misma familia de virus que también provocan al resfriado común.

“Cuando los adultos se infectan por primera vez con el SARS-CoV-2, sus células T de memoria solo reconocen a lo que han visto antes, por ejemplo una parte familiar del coronavirus que comparte con los coronavirus del resfriado común”, señaló Phan.

“Esto podría fijar al sistema inmunitario en una respuesta errónea que no es específica al SARS-CoV-2”, continuó Phan. “Provee una oportunidad para que el virus escape y se multiplique sin control, provocando unos síntomas más graves a medida que el sistema inmunitario se acelera para intentar solucionar el problema”.

FUENTE: Garvan Institute of Medical Research, news release, Jan. 26, 2023
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