Un “parche de maní” que se usa en la piel podría ayudar a proteger a los niños pequeños que tienen alergias al cacahuate (o maní) potencialmente letales, muestra un nuevo ensayo clínico.
El parche es una forma de inmunoterapia, lo que significa que expone a los niños alérgicos al cacahuate a minúsculos trocitos de proteína de cacahuate a lo largo del tiempo, con el objetivo de entrenar al sistema inmunitario para que lo tolere mejor.
En el ensayo, los investigadores encontraron que, entre los niños pequeños que usaron el parche de cacahuate todos los días durante un año, dos tercios mostraron una reducción significativa en su sensibilidad a la proteína del cacahuate: podían comer el equivalente a entre uno y cuatro cacahuates sin sufrir una reacción alérgica.
Aunque esto podría parecer poca cosa, los expertos afirmaron que este nivel de tolerancia es importante.
La meta de la inmunoterapia es prevenir una reacción grave si un niño ingiere por accidente una pequeña cantidad de cacahuate, comentó el Dr. Alkis Togias, del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EE. UU.
“Este es un estudio positivo”, afirmó Togias, autor de un editorial que se publicó junto a los hallazgos en la edición del 10 de mayo de la revista New England Journal of Medicine.
El parche evaluado en el ensayo, llamado Viaskin, está siendo desarrollado por la compañía de biotecnología francesa DBV Technologies, que financió la investigación. Todavía no cuenta con la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU.
Si obtiene la aprobación, señaló Togias, “pienso que sería algo bueno”.
Las personas con alergia al cacahuate pueden sufrir reacciones, a veces graves, al ingerir incluso unas cantidades minúsculas del alimento, las cantidades que con frecuencia se encuentran ocultas en los alimentos procesados o preparados. Así que ellas (o sus padres) deben leer con mucho cuidado las etiquetas de los alimentos y tomar otras medidas de protección para evitar la exposición al cacahuate.
Pero esto no es fácil, apuntó Togias, y pueden ocurrir accidentes.
En cuanto al tratamiento, hay una forma oral de inmunoterapia aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. para la alergia al cacahuate, llamada Palforzia. Es un producto de harina de cacahuate que se puede mezclar con la comida, por ejemplo con salsa de manzana. Pero solo está aprobado para los niños de a partir de 4 años.
“Ahora no hay opciones de tratamiento aprobadas por la FDA para los niños pequeños menores de 4 años”, observó el Dr. Matthew Greenhawt, investigador principal del nuevo ensayo.
Se está estudiando la inmunoterapia oral para los niños pequeños con alergia al cacahuate. Pero Greenhawt dijo que es bueno tener múltiples opciones disponibles.
“Lo que le funciona para una familia tal vez no funcione para otra”, apuntó.
Además, el método del parche podría tener menos efectos secundarios, según Greenhawt, profesor de pediatría del Hospital Pediátrico de Colorado y la Facultad de Medicina de la Universidad de Colorado.
El parche, comentó, “aprovecha” el hecho de que la piel es el órgano más grande del sistema inmunitario del cuerpo. Esto significa que se puede usar una dosis más pequeña de cacahuate, lo que ayuda a evitar los efectos secundarios sistémicos que a veces provoca la inmunoterapia oral, por ejemplo malestar estomacal, irritación en la garganta y falta de aliento.
Estos tipos de problemas raras veces surgen con el parche, aclaró Greenhawt, que también ejerce como asesor médico de DBV Technologies.
En el ensayo participaron 362 niños pequeños, de 1 a 3 años, que se asignaron al azar a utilizar el parche de cacahuate o un parche de placebo (inactivo) cada día durante un año. En general, un 67 por ciento de los niños que recibieron el tratamiento real cumplieron con el objetivo final del ensayo: su tolerancia inmunitaria se desarrolló hasta el punto en que podían ingerir el equivalente a entre uno y cuatro cacahuates sin una reacción alérgica.
Esto es en comparación con un 33 por ciento de los niños en el grupo del placebo.
Un sarpullido alérgico fue el efecto secundario más común del parche de cacahuate, mientras que justo menos de un 2 por ciento de los niños desarrollaron síntomas sistémicos que se consideraron “de leves a moderados”.
¿Cómo se compara esto con el polvo de cacahuate?
Es difícil de determinar, dijo Togias, porque ningún ensayo ha comparado los métodos de forma directa.
Pero apuntó a un ensayo que se publicó el año pasado, que evaluó la inmunoterapia oral para niños de 1 a 3 años con una alergia al cacahuate. Los hallazgos, aseguró Togias, sugieren que el método oral podría tener unos efectos más potentes para la desensibilización del sistema inmunitario.
Por otro lado, añadió, el parche cutáneo quizá sea más seguro.
Una pregunta más general respecto a la inmunoterapia para la alergia al cacahuate, dijo Togias, es si llega un momento en que se puede parar. Palforzia se toma todos los días de forma indefinida, para mantener la tolerancia del sistema inmunitario al cacahuate.
Greenhawt comentó que el parche de cacahuate también está diseñado para un uso diario, y, hasta ahora, los ensayos (incluyendo uno en niños de más edad) han seguido a los pacientes durante hasta tres años de uso.
Jennifer Bufford, vicepresidenta de operaciones clínicas de FARE, se mostró de acuerdo en que contar con múltiples tipos de inmunoterapia sería bueno para las familias.
Bufford también anotó que muchas personas con alergias al cacahuate también son alérgicas a otros alimentos. “Será interesante ver si se puede lograr una desensibilización epicutánea [a través de la piel] para otros alérgenos alimentarios comunes”, planteó.
Aunque hay noticias positivas respecto al tratamiento, Togias enfatizó otro punto: las alergias al cacahuate también se pueden prevenir, al introducir productos de cacahuate en las dietas de los bebés cuando comienzan a comer alimentos sólidos.