Un recién nacido adquiere cáncer de la madre en el canal de parto

El cáncer puede transmitirse de una madre con cáncer cervicouterino a un recién nacido cuando este pasa a través del canal del parto

El cáncer puede transmitirse de una madre con cáncer cervicouterino a un recién nacido cuando este pasa a través del canal del parto.

Esta es la conclusión de dos casos nuevos en Japón, en los cuales los investigadores describen cáncer de pulmón en dos niños que “probablemente lo desarrollaron” a partir de sus madres a través de la transmisión vaginal durante el nacimiento.

“La transmisión del cáncer materno a la descendencia es extremadamente rara y se calcula que ocurre en un lactante por 500.000 madres con cáncer”, escribieron el Dr. Ayumu Arakawa, del National Cancer Center Hospital, en Tokio, Japón, y sus colaboradores, en un artículo publicado en The New England Journal of Medicine.

Casos previos, de los cuales solo se han registrado 18, supuestamente han ocurrido a través de la transmisión transplacentaria, afirmaron.

En los dos nuevos casos, análisis genéticos y otros datos indican que los cánceres de pulmón de los dos niños se desarrollaron después de aspirar células tumorales de cáncer cervicouterino hacia los pulmones durante su paso por el canal del parto.

Desafortunadamente, las dos madres, a las cuales se les diagnosticó cáncer cervicouterino después de los nacimientos, murieron mientras los niños todavía eran lactantes.

“La mayor parte de los casos materno-filiales notificados ha sido de leucemia o melanoma”, indicó Mel Greaves, Ph. D., del Institute of Cancer Research, en Londres, Inglaterra, a quien se le pidió su comentario.

En 2009 Greaves y sus colaboradores publicaron un informe de un caso de transmisión de cáncer de la madre al lactante (probablemente a través de la placenta). “Atrajo enorme cantidad de publicidad y sin duda cierta alarma”, comentó, resaltando que el fenómeno es “increíblemente raro”.

Greaves explicó por qué tal transmisión es tan infrecuente. “Sospechamos que las células cancerosas transitan de la madre al producto con más frecuencia, pero los antígenos leucocitarios humanos extraños (también conocidos como paternos) en las células tumorales originan rechazo inmunitario. Los casos extremadamente raros de transmisión exitosa probablemente dependen de la pérdida fortuita de antígenos leucocitarios humanos paternos”.

Actualmente los avances en la tecnología genética permiten la identificación rápida de tales casos, que se han registrado desde 1950, dijo.

“Cuando ocurre un cáncer de tipo adulto en un lactante o un niño cuya madre portaba el cáncer durante el embarazo, la secuenciación del genoma completo rápidamente dirá si el tumor del lactante tuvo origen materno”, explicó Greaves.

“Creo que estaremos viendo más informes como este en el futuro, ahora que este fenómeno se ha descrito y que es más fácil disponer de la secuenciación de nueva generación”, añadió la Dra. Mae Zakhour, del UCLA Jonsson Comprehensive Cancer Center, en Los Ángeles, Estados Unidos.

En el caso de los niños japoneses, los dos casos fueron descubiertos incidentalmente durante un análisis de los resultados de las pruebas de secuenciación de nueva generación sistemáticas en un estudio prospectivo de caracterización de genes en pacientes con cáncer, conocido como TOP-GEAR.

¿Cómo saben los investigadores que la transmisión ocurrió por vía vaginal y no a través de la placenta?

Explican que en otros casos de transmisión de la madre al feto la descendencia presenta múltiples metástasis en cerebro, huesos, hígado, pulmones y tejidos blandos, que son “compatibles con la supuesta diseminación hematógena desde la placenta”. Sin embargo, en los dos niños se observaron tumores solo en los pulmones y se localizaron a lo largo de los bronquios.

Este patrón peribronquial de crecimiento del tumor “señaló que los tumores se originaron por la transmisión vaginal de la madre al lactante a través de la broncoaspiración de los líquidos vaginales contaminados por el tumor durante el nacimiento”.

Asimismo, los tumores en los dos niños carecían del cromosoma Y; también compartían múltiples mutaciones somáticas, un genoma de HPV y alelos de SNP con tumores provenientes de las madres.

“Los perfiles moleculares idénticos de los tumores materno y pediátrico demostrados mediante secuenciación de nueva generación, así como la ubicación de los tumores en los niños, proporcionan datos sólidos de la transmisión del cáncer durante el parto”, resumió la Dra. Zakhour.

El primero de los casos notificados por el tejido japonés fue un niño pequeño (23 meses) llevado a un hospital local con antecedente de dos semanas de tos productiva. La tomografía computarizada reveló múltiples masas dispersas en los bronquios de ambos pulmones, y una biopsia reveló carcinoma neuroendocrino del pulmón.

Notablemente, el cáncer cervicouterino de la madre no se diagnosticó durante su embarazo. Se realizó una prueba citológica cervical en la madre 7 meses antes del parto, la cual fue negativa. El lactante nació por vía transvaginal a las 39 semanas de gestación.

Fue solo 3 meses después del nacimiento que la madre de 35 años recibió diagnóstico de carcinoma de células epidermoides del cuello uterino. Luego se le sometió a histerectomía radical con linfadenectomía pélvica, seguida de quimioterapia.

Si se hubiera sabido que tenía cáncer cervicouterino se le habría recomendado someterse a operación cesárea; por tanto, los autores del estudio proponen que todas las mujeres con cáncer cervicouterino se sometan a este procedimiento.

Sin embargo, un experto estadounidense cuestionó esto y dijo que la situación está “un poco matizada”.

El Dr. William Grobman, de la Feinberg School of Medicine at Northwestern University, en Chicago, Estados Unidos, señaló que la recomendación estándar actual para muchas mujeres embarazadas con cáncer cervicouterino documentado es que se sometan a operación cesárea, añadiendo que “la potencia de la recomendación depende de factores como la etapa y el tamaño”.

Sin embargo, declaró: “Puede ser prematuro hacer una recomendación global para todas las personas con base en dos estudios sin alguna idea de la frecuencia de este fenómeno, y con tal incertidumbre, al parecer una estrategia clave sería revelar toda la información y la toma de decisiones compartida”.

En este informe de caso los autores también señalaron que el cáncer descubierto en el segundo caso (detallado más adelante), referente a un preescolar, tenía aspecto similar al cáncer en la madre.

“Las similitudes histológicas entre las muestras del tumor de la madre y el niño nos indujeron a comparar los resultados de sus pruebas de secuenciación de nueva generación”, comentaron.

¿El resultado? “La comparación de los perfiles genéticos en las muestras de tumor y el tejido normal confirmaron que había ocurrido la transmisión del tumor materno al niño”.

El cáncer de pulmón en el niño pequeño avanzó pese a dos esquemas de quimioterapia, de manera que se le incluyó en un estudio clínico de tratamiento con nivolumab. Tuvo respuesta que continuó por 7 meses, sin la aparición de nuevas lesiones. Se realizó lobectomía para resecar un solo nódulo restante. El niño no tuvo datos de recidiva de la enfermedad a los 12 meses después de la lobectomía.

Por otra parte, su madre también fue incluida en un estudio sobre nivolumab, pero su cáncer cervicouterino se había diseminado y falleció 5 meses después de la progresión de la enfermedad.

Segundo caso

En el segundo caso notificado, un niño de 6 años fue llevado a un hospital local con dolor torácico en el lado izquierdo. La tomografía computarizada reveló una masa en el pulmón izquierdo y finalmente se diagnosticó adenocarcinoma mucinoso.

En este caso la madre tenía un tumor polipoide que se detectó durante el embarazo. Sin embargo, al igual que en el otro caso, el análisis citopatológico cervicouterino fue negativo. Dado que el tumor se encontraba estable sin ninguna intervención, la madre dio a luz al niño por vía vaginal a las 38 semanas de gestación.

Sin embargo, después del parto la biopsia de la lesión cervicouterina reveló adenocarcinoma. La madre se sometió a histerectomía radical y salpingooforectomía bilateral 3 meses después del parto. Falleció de la enfermedad 2 años después de la resección quirúrgica.

El niño recibió quimioterapia y tuvo respuesta parcial con reducción de los niveles del marcador tumoral CA19-9 a valores normales. Pero 3 meses más tarde presentó recidiva de la enfermedad en el pulmón izquierdo; después de más quimioterapia se sometió a neumonectomía izquierda total y finalmente estuvo libre de la enfermedad.

Los autores del estudio afirmaron que no sospecharon la transmisión materna del cáncer cuando su niño recibió un diagnóstico a los 6 años de edad. Explicaron que el cáncer cervicouterino metastásico suele ser un tumor de crecimiento rápido y el crecimiento lento en el niño al parecer no es congruente con la idea de que el cáncer se le había transmitido.

Sin embargo, el examen anatomopatológico demostró que el niño tenía adenocarcinoma mucinoso, “hallazgo morfológico inusual para un tumor pulmonar primario, pero que fue similar al tumor cervicouterino de la madre”, afirmaron los autores.

Las muestras del tumor cervicouterino de la madre y el tumor pulmonar del niño se sometieron a pruebas de secuenciación de nueva generación, e indicaron transmisión de la madre al lactante, concluyeron.

El estudio fue financiado por becas de la Agencia para Investigación Médica y Desarrollo de Japón, el Fondo para Investigación y Desarrollo del Centro Oncológico Nacional y el Ministerio de Educación, Cultura, Deportes, Ciencia y Tecnología; y por financiación de Ono Pharmaceutical.

Fuente: Medscape.com, 20 de enero de 2021.

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