Una dieta de ayuno podría ayudar a mantener a raya a la diabetes tipo 2

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"El control de la glucosa en la sangre fue mejor en el grupo de alimentación en horario restringido, en comparación con la restricción calórica, tras seis meses, pero estos beneficios no se siguieron observando al final del estudio en el mes 18"
  • El ayuno intermitente puede hacer más que ayudarlo a perder peso; una nueva investigación sugiere que mejora la capacidad del cuerpo para metabolizar el azúcar
  • Sin embargo, los beneficios se perdieron 18 meses después, ya que muchos en el grupo de ayuno dejaron de comer con restricción de tiempo después de seis meses
  • Y no es para todos: las mujeres embarazadas, las personas con trastornos alimentarios y los diabéticos no deben hacer ayuno intermitente

El ayuno intermitente está muy de moda, debido a la larga lista de beneficios potenciales para la salud, desde perder peso hasta la longevidad.

Ahora, una nueva investigación sugiere que podría superar a las dietas bajas en calorías cuando se trata de la prevención de la diabetes tipo 2 en personas con un riesgo alto.

Las personas que solo comían entre las 8 a.m. y el mediodía tres días a la semana, y que comían normalmente durante los otros cuatro días, mostraron unas mayores mejoras en el metabolismo del azúcar en la sangre durante al menos seis meses, cuando se compararon con personas que siguieron una dieta baja en calorías. Un punto interesante fue que las personas que siguieron cada una de las dietas perdieron la misma cantidad de peso durante el periodo del estudio.

“Nuestro estudio indica que los consejos sobre la hora a la que se come y el ayuno amplían los beneficios de una dieta de restricción calórica, independientemente de la pérdida de peso, y que esto podría ser influyente en la práctica clínica”, planteó la autora del estudio, Xiao Tong Teong, investigadora posdoctoral de la Universidad de Adelaida, en Australia.

En el estudio, los investigadores compararon una dieta de ayuno intermitente con restricciones de tiempo con una dieta baja en calorías en más de 200 personas, para ver cuál tenía el mayor efecto en el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Observaron la glucosa postprandial, una medida de la glucosa en el torrente sanguíneo después de la comida. Si estos niveles están demasiado elevados, sugieren un riesgo más alto de diabetes tipo 2, la forma de la enfermedad que se relaciona más de cerca con la obesidad.

Estudios anteriores han sugerido que comer a una hora más temprana mejora la salud, pero ningún estudio ha observado el horario de ayuno ideal, anotó Teong. “Nuestro estudio amplía a las crecientes evidencias de que el momento de las comidas en el ayuno prolongado es clave para mejorar el metabolismo de la glucosa postprandial en los adultos con un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2”, comentó.

A los participantes se les permitió cambiar a un plan de mantenimiento de peso tras seis meses, o persistir con la dieta inicial. Más personas del grupo bajo en calorías permanecieron en su plan. Los beneficios para el azúcar en la sangre observados inicialmente en el grupo del ayuno se perdieron a los 18 meses.

No todo el mundo puede, ni debe, intentar hacer ayuno intermitente, anotó Teong.

“No se recomienda una dieta de ayuno a las mujeres embarazadas, las personas con trastornos de la alimentación o diabetes, y las personas que toman fármacos para reducir la glucosa”, enfatizó Teong.

Las personas con afecciones de salud subyacentes deben consultar al médico antes de probar una dieta de ayuno.

El estudio se publicó en la edición en línea del 6 de abril de la revista Nature Medicine.

Este es uno de los estudios más grandes y duraderos sobre el ayuno intermitente hasta la fecha, aseguró Krista Varady, profesora de nutrición de la Universidad de Illinois, en Chicago.

“El control de la glucosa en la sangre fue mejor en el grupo de alimentación en horario restringido, en comparación con la restricción calórica, tras seis meses, pero estos beneficios no se siguieron observando al final del estudio en el mes 18”, señaló Varady, que no participó en el estudio.

Al grupo de alimentación en horario restringido del estudio solo se le permitía comer entre las 8 a.m. y las 12 p.m. en los días de ayuno. “Sostener esto a largo plazo es muy difícil, dado que a las personas no les gusta saltarse la cena con sus familias/amigos varios días por semana”, anotó Varady.

Las personas dejaron de seguir la dieta tras los primeros seis meses en el estudio. “La factibilidad a largo plazo de este patrón de alimentación no parece magnífica”, lamentó.

La forma más popular de alimentación en horario restringido implica comer entre las 12 p.m. y las 8 p.m. y no contar calorías, aclaró Varady. “Esta intervención es fácil de seguir, dado que las personas no tienen que monitorizar las calorías, y permite a los individuos seguir participando en las comidas sociales cada noche”, explicó.

FUENTES: Xiao Tong Teong, PhD student, University of Adelaide, Australia; Krista Varady, PhD, professor, nutrition, University of Illinois at Chicago; Nature Medicine, April 6, 2023
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