Vinculan la lactancia materna con tener las arterias más sanas en la mediana edad

De más de 800 mujeres que dieron a luz al menos una vez, las que amamantaron durante un periodo...

Pero todavía se desconoce si estas mujeres tendrán tasas más bajas de ataques cardiacos y accidentes cerebrovasculares a medida que envejecen

Las arterias de las mujeres jóvenes que amamantan podrían tener un aspecto más saludable años más tarde que las de las mujeres que alimentan a sus bebés con un biberón, según un estudio reciente.

Desde hace mucho se dice que la lactancia materna es la opción más sana para los bebés. El estudio, publicado en la edición de agosto de la revista Obstetrics & Gynecology, sugiere otro posible beneficio para la salud gracias a la lactancia materna. Pero los investigadores también enfatizaron que los hallazgos no demuestran una relación de causa y efecto.

Lo que el estudio sí mostró es esto: De más de 800 mujeres en EE. UU. que dieron a luz al menos una vez, las que amamantaron durante un periodo más largo de tiempo presentaban un menor engrosamiento de la pared de la arteria carótida cuando alcanzaron la mediana edad.

Las arterias carótidas suministran sangre al cerebro, y el engrosamiento de la pared de la arteria se considera una señal temprana de aterosclerosis: la acumulación de “placas” que obstruyen las arterias que pueden resultar en un ataque cardiaco o un accidente cerebrovascular.

El engrosamiento de las paredes de la arteria pueden considerarse como un “envejecimiento vascular”, explicó la investigadora principal, Erica Gunderson, de la división de investigación de Kaiser Permanente del Norte de California en Oakland, California.

En este estudio, dijo, las mujeres con el mayor engrosamiento de la arteria carótida eran esencialmente entre 3 y 5 años mayores, en lo que respecta a la salud de los vasos sanguíneos.

Pero la pregunta sigue en pie: ¿Esta diferencia se debe a la lactancia materna?

La Dra. Suzanne Steinbaum, cardióloga preventiva que no participó en el estudio, no estaba convencida.

“Se trata de un estudio interesante”, dijo Steinbaum, directora del programa sobre la Salud Cardiaca de las Mujeres del Hospital Lenox Hill, en la ciudad de Nueva York.

“Hay claramente una correlación entre la lactancia materna y [el engrosamiento de las paredes arteriales], pero no podemos estar seguros de lo que significa eso”.
Indicó que las mujeres que amamantaron, sobre todo durante más tiempo, generalmente estaban más delgadas, tenían un nivel educativo mayor y eran más activas físicamente, tanto cuando eran adultas jóvenes como 20 años después.

El equipo de Gunderson tuvo en cuenta esos factores, y aun así halló una conexión estadística entre la lactancia materna y el engrosamiento de la pared arterial. Pero es difícil considerar la lactancia materna como la causa directa, dijo Steinbaum.

Los hallazgos se basan en 846 mujeres estadounidenses que, en los 80, se inscribieron en un estudio a largo plazo sobre la salud cardiovascular. Entonces tenían entre 18 y 30 años de edad.
Todas las mujeres se hicieron unos escáneres de ultrasonidos de la arteria carótida 20 años después de entrar en el estudio.

En promedio, el equipo de Gunderson halló que las mujeres que amamantaron a sus bebés durante un mes, o las que no lo hicieron, presentaban un mayor engrosamiento de la pared de la arteria carótida. Las que habían amamantado durante 10 meses o más eran las que tenían las arterias más limpias.
Gunderson se mostró de acuerdo en que los hallazgos muestran solamente una correlación, más que un caso definitivo de causalidad.

Pero sospecha que la lactancia materna podría ser beneficiosa a través de los efectos en el peso corporal, o más aún, en la presión arterial: Cuando su equipo tuvo en cuenta el peso y la presión arterial de las participantes del estudio en la mediana edad, eso pareció explicar gran parte de la conexión entre la lactancia materna y la salud arterial.

“Eso es consistente con lo que habíamos previsto”, dijo Gunderson. Cuando una mujer da el seno, el cuerpo libera la hormona oxitocina, que otra investigación ha vinculado con una presión arterial más baja.

“El embarazo es un proceso fisiológico increíblemente estresante”, señaló Gunderson. “Exige un mayor esfuerzo al sistema cardiovascular y al metabólico”.

La lactancia materna, dijo, podría ayudar a “reiniciar” esos sistemas tras el embarazo.

Una gran pregunta, sin embargo, es si las madres que amamantan realmente tienen tasas más bajas de ataques cardiacos y otros problemas cardiovasculares más adelante. Gunderson dijo que su equipo quiere continuar realizando un seguimiento a este grupo de estudio para averiguarlo.

Mientras tanto, dado que la leche materna se considera como la mejor nutrición para los bebés, las madres ya tienen una razón para hacerlo, dijo Gunderson. Los posibles beneficios para el corazón a largo plazo podrían simplemente ofrecer una “mayor motivación”, añadió.

Además, tanto ella como Steinbaum enfatizaron que las mujeres no deberían sentirse culpables si no dan el seno.

Algunas mujeres simplemente no pueden, por las “exigencias del lugar de trabajo”, explicó Gunderson. Para otras dar el seno resulta difícil, añadió, en cuyo caso pueden pedir ayuda a su proveedor de atención sanitaria.

Steinbaum planteó otra cuestión: Hay muchas otras maneras con las que las mujeres de todas las edades pueden mejorar su salud cardiaca, como, por ejemplo, comer una dieta sana, hacer ejercicio con regularidad y no fumar.

“Es importante ser consciente del corazón durante todas las etapas de su vida”, dijo Steinbaum.

FUENTES: Erica Gunderson, Ph.D., M.P.H., senior research scientist, Kaiser Permanente Northern California, Oakland, Calif.; Suzanne Steinbaum, D.O., director, women’s heart health, Lenox Hill Hospital, New York City; August 2015, Obstetrics & Gynecology

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